¿Sabías que los niños desde que nacen se deben de limpiar las encías con una gasa húmeda?
¿Y que deben de acudir a sus revisiones anuales a los 12 meses para prevenir cualquier tipo de malformación?
¡Te ayudamos a que crezcan con una boca sana y bonita!
Es la especialidad de la odontología que se encarga del cuidado de la salud bucodental del niño desde que nace hasta los 16 años.
Es muy importante conservar los dientes temporales sanos desde que erupcionan hasta que se caen, ya que sirven para mantener el espacio que después va a ocupar el diente definitivo y además sirven de guía para la erupción del nuevo diente. Es muy importante que el niño tenga una buena masticación de los alimentos para que no desarrolle ningún problema en el aparato digestivo.
Tenemos que tener en cuenta que hay ciertos tratamientos que sólo se pueden realizar en la infancia cuando sus huesos se están desarrollando, ya que nosotros podemos orientar el crecimiento ya sea potenciándolo o parándolo en algunas ocasiones sin necesidad de tener que recurrir a la cirugía, al igual que podemos guiar un diente en su erupción para que termine en su lugar correcto.
El éxito de nuestro tratamiento va totalmente de la mano del comportamiento del niño, ya que si no coopera será muy complicado tratarlo.
Los padres jugáis un papel importantísimo en la conducta del niño, hemos tratado centenares de niños que han llegado a nuestra clínica con bastante recelo siendo la primera vez que iban. Ese miedo ha sido consecuencia de lo que los padres les han trasmitido desde pequeños. Los niños que vienen sin un miedo adquirido son más fáciles de tratar que a los mismos adultos.
El recién nacido presenta una mandíbula retrasada y pequeña, conocida como retrognatismo.
Durante la lactancia nuestro bebé produce un adelantamiento de la mandíbula hasta dejar los dos rodetes alveolares (partes de la encía donde a posteriori erupcionarán los dientes) paralelos para poder conseguir apretar el pezón de la madre consiguiendo la salida de leche del mismo. Este movimiento repetitivo favorece el crecimiento y desarrollo de ambos maxilares, como de su musculatura sobre todo de su mandíbula.
Está más que demostrado que los bebés que no han tenido lactancia materna tienen mayor probabilidad en un futuro de presentar un crecimiento deficiente de su mandíbula y apiñamientos dentales por falta de espacio en las arcadas dentales por el bajo desarrollo de las mismas.
La primera limpieza bucal de nuestro bebé se debe de realizar envolviendo una gasa húmeda y tibia en nuestro dedo índice y pasarla por las encías.
Es muy importante no impregnar ni el chupe ni la tetina del biberón en azúcares, ni dejar que éste se duerma mientras bebe del biberón. Aunque en este momento no tenga dientes en los que se pueda formar una caries, es muy importante no empezar a crearle malos hábitos, ya que os va a resultar muy complicado quitárselo después.
Recordar también que tenemos que tener cuidado a la hora de compartir utensilios con nuestro bebé, de limpiar el chupete con nuestra saliva, soplar sobre la comida o simplemente besarlo en la boca porque es desaconsejable, ya que estamos produciendo una transmisión bacteriana inconscientemente.
A los 6 meses es cuando comienzan a erupcionar los dientes temporales (de leche), y tenemos que empezar a moderar el uso del biberón, crear hábitos alimentarios y evitar los líquidos con azúcares.
El biberón debe de empezar a abandonarse progresivamente a partir de los 12 meses.
Ya debemos de empezar a cuidar mucho mejor la higiene bucodental, deberíamos de limpiarle los dientes tres veces al día (mínimo una vez antes de dormir).
La limpieza dental podemos realizarla ya con un cepillo especial para bebés suave, con un cabezal pequeño y se debe usar pasta con flúor 500 ppm, usando una cantidad como un grano de arroz. Si existe contacto entre los dientes, debemos de utilizar la seda dental.
Aconsejamos que el momento para venir a visitarnos es cuando cumpla 1 año, ya que no suele tener ningún problema dental y así os podemos ir orientando sobre hábitos alimentarios, higiene y daros las pautas preventivas. También conseguiremos así que el niño vaya familiarizándose con nosotros para que, si el día de mañana tenemos que hacerle algún tratamiento, venga más tranquilo y confiado.
Aquí os dejamos la publicación del Dr. Manuel Rodríguez Moreno hablando de qué hacer ante las molestias en la boca de tu bebé, por la erupción de sus primeros dientes. Y la recomendación, por otra parte del Dr. José Luis R. Garcelán sobre el uso de un mordedor muy especial, llamado Sophi.
El niño ya ha tenido que dejar el biberón y el chupete completamente y tiene que empezar a utilizar el vaso, de no ser así estaríamos contribuyendo a un hábito no saludable pudiendo provocarle a nuestro hijo graves deformaciones de los huesos maxilares.
Utilizaremos los cepillos dentales infantiles que son más blandos que el de los adultos para no dañarle las encías y que sea con el cabezal pequeño. Debemos poner la cantidad similar al tamaño de un maíz, guisante o grano de arroz. Si el niño no la tolera al principio no os preocupéis, lo más importante es la limpieza con el cepillo.
Evitar las altas cantidades de azúcares que se suelen consumir y cuando lo haga que inmediatamente después se cepille los dientes.
A partir de este momento, se recomiendan revisiones cada 6 meses con su odontopediatra, para controlar la higiene dental, examinar sus primeros dientes, su ATM y evitar el miedo irracional al dentista.
A los 20 meses deben de tener ya todos sus dientes temporales en boca, aunque puede retrasarse unos meses sin problema.
A esta edad tenemos que hacer de la higiene oral una rutina y siempre debe de ser supervisada por los padres.
Ahora es cuando empieza la erupción de los dientes definitivos, comenzando con los primeros molares definitivos (muelas de los 6 años) y los dos incisivos inferiores centrales.
Es un buen momento para que lo vea un ortodoncista para controlar la erupción de todas las piezas dentales y desarrollo de los maxilares, ya que hay problemas de erupción y desarrollo que requieren una rápida intervención por parte del ortodoncista para que no continúe de forma anómala. Si no existe ningún problema urgente y el niño necesita aparatos esperaremos a los 11-12 años para comenzar el tratamiento de ortodoncia y que dure el menor tiempo posible. ¡Empezar antes no significa terminar antes!
Los dientes que le empiezan a salir son ya los que va a tener toda la vida, por lo que es necesario que tenga una higiene bucodental óptima con:
- Tres cepillados al día con un cepillo dental suave/medio y aunque recomendamos las pastas infantiles puede empezar ya a utilizar las pastas dentales de los adultos.
- Y no olvidarse de utilizar también la seda dental a diario.
Es este momento podemos empezar a confiar en que vuestro hijo se lave los dientes bien, con la posterior supervisión por vuestra parte.
Este periodo es decisivo por la erupción de todos los dientes definitivos y va a marcar su salud oral de por vida, ya que la aparición de una “picadura” aunque se quite, el diente va a estar empastado para toda la vida.
Una vez erupcionado todos los dientes definitivos, (sobre los 12 años), será el momento para empezar con la ortodoncia si fuera necesario.
Hay veces que se debe estimular o frenar el crecimiento de los maxilares (ortopedia). Y en otras ocasiones hay que hacer extracciones para que los dientes definitivos se vayan colocando bien.
- Selladores de fosas y fisuras: es un relleno que se pone en los molares definitivos cuando son susceptibles de caries por zonas muy retentivas en los casos en que están muy marcadas las fosas y las fisuras de dichos molares. Tu odontopediatra valorará si son necesarias o no, ya que en muchos casos llegan a no ser aconsejables.
- Pulpectomía: Es un tratamiento similar a la endodoncia, que se realiza cuando hay afectación pulpar por caries o por traumatismo en un diente temporal. Consiste en la extirpación del nervio y relleno de los conductos donde estaba dicho nervio por materiales biocompatibles y reabsorbible para que no produzcan ningún problema a la hora del recambio dentario.
- Aplicación de Flúor: El flúor endurece el esmalte dental.
- Obturaciones: Es un procedimiento en el que restauramos un diente tras haberse producido una caries o una fractura simple.
- Mantenedor de espacio: Si se pierde un diente temporal, los dientes adyacentes se desplazan hacia el hueco, y cuando el diente definitivo va a erupcionar, no cabe, por lo que sale en mala posición o directamente no sale. Para conservar ese sitio para el diente definitivo, se pone un mantenedor de espacio.
Normalmente la urgencia mas común en nuestra clínica dental en Sevilla, es por golpe y fractura o caída de una de las “paletas”.
Cuando esto pase no os pongáis nerviosos, sobre todo si veis mucha sangre ya que el labio sangra mucho, presionar con una gasa o algodón para parar un poco la hemorragia. En caso de que se haya desprendido la pieza entera o un trozo, meterla en leche y si no podéis ponerlo en una gasa húmeda y llamar a tus dentistas en Sevilla rápidamente ya que es importantísimo que la consulta se produzca en las siguientes 1 ó 2 horas del accidente.
En clínica actuaremos primero haciendo una Rx (si es necesario) para ver que zonas han sido afectadas y actuaremos desde la reconstrucción de dicho trozo hasta la reimplantación del diente si se ha mantenido en condiciones óptimas.
Aquí te contamos con más detalle qué hacer en caso de traumatismo dental en niños. ¡Sigue los consejos que te damos a pies juntillas!
Os contamos un caso clínico:
Un adulto se cae en la puerta de una casa y viene con un incisivo central superior en la mano. El Dr. Rodríguez Moreno le coloca el incisivo en su sitio. Hace endodoncia y feruliza temporalmente. Esto tuvo lugar en el año 1999, han pasado 15 años y el diente sigue en boca, perfecto de estética y función.
Secreto del éxito: Lo repuso pronto en su sitio y no lo limpió con antisépticos, por eso los fibroblastos no murieron. Los fibroblastos forman las fibras de colágeno que unen el diente al hueso.
La caries de lactancia o biberón es la primera causa de caries en los niños, y afecta a los dientes temporales.
Es provocada por la exposición prolongada de los dientes a líquidos con abundante azúcares (miel, leche condensada, papillas, zumos de frutas…).
Los más afectados son aquellos que están todo el día con la tetina en la boca, ya sea con productos azucarados, o simplemente el chupete endulzado en miel.
No deje que su pequeño duerma con el biberón de zumo o leche en la boca.