Hace unos días, en nuestra clínica dental en Sevilla, tuvimos un paciente con una infección grande en la boca, ¡un auténtico problema!. Ha estado viniendo muchas veces a nuestra clínica dental para ir adaptándonos a su evolución, y como estaba preocupado, nos ha ido llamando para que lo viéramos, ¡lógico!. Cuando se ponía en contacto con nosotros le decíamos que se viniera, lo veíamos sobre la marcha, y si había que tratarlo lo hacíamos, independientemente de quien que le hubiera tratado el primer día. Al día siguiente lo llamábamos al móvil, para saber cómo estaba y por si tuviera alguna duda.
Para nosotros lo importante es el PACIENTE, da igual quien lo hubiera empezado a tratar, lo hemos realizado en equipo.
Si el problema lo tiene un paciente al que trata mi hijo intento solucionarlo, por el paciente y por mi hijo. Igual hacen mis hijos con mis pacientes y conmigo. Tenemos la suerte de conocer bien a nuestros pacientes y a sus familias, no podemos vivir tranquilos si no le solucionamos su problema. Para mí es lo lógico, se le puede llamar empatía y profesionalidad, pero debería ser lo normal, siempre.
Al final esa gran infección se solucionó gracias a Dios, a los antibióticos, al paciente y a nosotros.
Y es que en nuestra clínica dental en Sevilla solucionamos los problemas de salud bucal de nuestros pacientes.
Una vez tranquilo, me he preguntado: cuando esto le ocurre al paciente de algunas franquicias o aseguradoras…¿Qué pasa?. Os cuento cosas que me han contado: La recepcionista le dice que el cirujano no va hasta tal día (solo va cuando tiene implantes, si hay complicaciones es fácil que no esté) ¡mientras, el paciente a esperar, y a empeorar!. Si el paciente insiste, le darán cita antes con otro dentista, pero casi seguro que no le toca la boca, porque el dentista que lo atiende ha terminado la carrera hace poco y el problema le viene grande, no sabe cómo solucionarlo, y si se le ocurre algo, no se atreve a cambiar el tratamiento para “no pringarse”, porque se suele culpar al último que toca. Además, esa clínica no es suya, está allí para hacer manos y ganar algún dinero, cuando encuentre algo mejor se marchará.
Mis compañeros recién terminados quieren aprender y trabajar, y muchos solo encuentran negocios, donde lo importante para el dueño es la facturación a los CLIENTES. Ese empresario se dedica -por ahora- a esto, porque lo considera un buen negocio, mañana se dedicará a lo que sea negocio en ese momento.
Para un DENTISTA, un PACIENTE es una persona con un problema de salud o de estética, al que va a tratar para llevarlo a la salud o a la estética. El objetivo es la SALUD. Es lógico que le paguen. Para un EMPRESARIO, un CLIENTE es una persona a la que se le va a vender un servicio. Crea una Sociedad Limitada con el objetivo de ganar dinero.
En Garcelán Clinic somos dentistas sin asteriscos, nuestra idea es trabajar toda la vida en nuestra profesión y en nuestra clínica dental en Sevilla. Llevamos 75 años y miramos a muy largo plazo. No somos inversores que nos dedicamos a esto mientras lo creamos lo más rentable.
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